Y qué es relacionarse, si no es vivirse desde el gozo sereno, desde la calma presente.
Qué es, si no es elegirse a cada instante desde el disfrute de la libertad desnuda e inocente.
Qué será esa conexión si no es dejar de ponerle nombre para que sea sólo la experiencia la que se exprese.
Yo no sé lo que es amar, porque el Amor nunca pasó por el conocimiento.
Más sí siento que mi materia pierde densidad, mi cuerpo se deshace en partículas para convertirse sólo en frecuencia.
En la melodía cósmica que afina cada acorde con otra frecuencia en esta chispa de espacio y tiempo, para encarnar juntos el capricho del cielo.
Para llegar a ser, en sus brazos tan divinos como humanos, a la vez piel y universo.